Las Islas Baleares, tanto en su conjunto, como cada una de las islas por separado, se configuran como territorios únicos en el mundo, capaces de fascinar por la infinidad de recursos que atesoran, y que se muestran a turistas, visitantes y locales a través de su cultura y su gastronomía.
En el Pla, en el corazón de Mallorca, a pesar de ser un espacio donde el mar protagonista es el mar de cultivos y no el de la sal, esta realidad no es muy distinta. El Pla es, sin duda, un paraíso de interior que deslumbra por sus paisajes y su carácter agrícola, y por el festín para los sentidos que nos ofrecen los productos de su rica y variada oferta gastronómica.
Son muchos los frutos del campo y el buen hacer de las vecinas y vecinos de El Pla reconocidos por su calidad a través de las diversas Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas: aceites de oliva, almendras mallorquinas, tomates de penjar… o viandas que por el mimo con el que se elaboran no necesitan a veces ni estos reconocimientos: panes, ensaimadas… el resultado de años de tradición dedicados a cocinar con cariño lo que El Pla provee.
Si bien es cierto que a lo largo de toda la isla, los distintos restaurantes y cellers que la salpican, ofrecen la oportunidad de disfrutar de esta gastronomía todo el año, El Pla se erige como un territorio que ofrece fórmulas únicas para conocer y adentrarnos en la gastronomía de la comarca y de la isla, ferias y jornadas gastronómicas, repartidas a lo largo de toda la geografía comarcal y durante todo el año, desde hace mucho tiempo.
La ya consolidada Feria de la Miel de Llubí, con 23 ediciones en su andadura, se ofrece cada mes de noviembre a mostrar los productos de la miel y sus derivados en las calles del municipio. Destaca la miel que producen sus característicos campos de almendros y algarrobos, reconocida a nivel nacional, y que marida la tápera o alcaparra de Llubí y el trabajo de las abejas de la localidad.
Otro de los eventos con mayor tradición de la comarca, con mucho arraigo en la gastronomía local, es el que tiene lugar en Lloret de Vistalegre, la Festa des Sequer, que en las estribaciones del verano, rinde culto al rey de la huerta en esa época del año: el higo.
También en verano, concretamente en septiembre, y desde hace más de 50 años, Vilafranca de Bonany celebra su particular homenaje al melón (con distintas variedades en la isla como la “eriçó”; la “marina”; la “groc”; la “pell de melicotó”…). la Fira del Meló de Vilafranca.
Por último, en Santa Eugenia tiene lugar cada mes de abril la Fira agrícola y ramadera, que en 2024 ya ha celebrado su XLI edición, una feria que conserva el carácter industrial de estas ferias, ofreciendo no solo muestras de la gastronomía y la artesanía de la zona, sino que también se da espacio a la maquinaria agrícola y al ganado de la comarca, un esfuerzo fundamental para mantener vivo, con sus tradiciones e idiosincrasia, el corazón de Mallorca.
En definitiva, unas muestras gastronómicas -que no las únicas, más adelante hablaremos de cellers, de mercados, de bodegas…- que sirven de escaparate y de aliciente para conocer de cerca los tesoros y las tradiciones de El Pla, a través de su gastronomía -y de las actividades y tradiciones culturales que acompañan estas ferias- en cualquier momento del año.